Gänswein desmonta el relato de que Benedicto XVI apoya las acusaciones de Viganó:
(Cameron Doody).- "¡Fake news! ¡Noticias falsas!". Así ha calificado el secretario privado de Benedicto XVI, George Gänswein, las noticias de que el Papa emérito ha confirmado el contenido del panfleto anti-Francisco del arzobispo Carla Maria Viganò.
"El Papa Benedicto no ha hecho ningún comentario sobre el informe del
arzobispo Viganò y no lo hará", ha asegurado Gänswein al diario alemán Die Tagespost.
El National Catholic Register, uno de los medios
ultraconservadores que publicó el ataque del exnuncio, aseguró haber
confirmado "de forma independiente que las alegaciones contra McCarrick
[de abusos a menores y adultos] fueron conocidos por Benedicto, y que el
Papa Emérito recuerda haber instruido al cardenal Bertone a imponer
medidas, cuya naturaleza exacta no recuerda". Fue esta supuesta
confirmación la que dio alas a la acusación lanzada por Viganò de que
Francisco encubría al ex-arzobispo de Washington, al haber levantado
estas "medidas" aparentemente impuestas contra McCarrick por Ratzinger.
Pero más que reforzar las acusaciones contra Bergoglio, la supuesta
cita de Benedicto -ahora rotundamente desmentida por Gänswein- hace que todo el ataque de Viganò se desmorone aún más. El New York Times ha
podido saber que dos semanas antes de lanzar su bomba, Viganò compartió
su plan de sabotear el pontificado de Bergoglio con uno de los
directores de EWTN, la matriz del National Catholic Register: el acaudalado abogado conservador estadounidense, Timothy Busch.
Busch dijo que veía "creíbles" las acusaciones de Viganò, pero que no supo de antemano que el ex nuncio elegiría al Register para
publicar su ataque. Añadió que los editores de esta publicación le
habían asegurado que Benedicto había apoyado el relato de Viganò, con lo
que animó al prelado a seguir.
La interferencia de Busch en el proceso anterior a la publicación del
informe de Viganò se añade a las de los periodistas italianos Marco Tosatti y Aldo Maria Valli,
que han confirmado que mantuvieron reuniones con Viganò en los días
anteriores a la difusión de la misiva, y hasta le ayudaron a redactar y
retocar las líneas de su versión.
El Papa Francisco no piensa en renunciar, y "trabaja como siempre"
Por otra parte, la agencia ANSA
-citando "cercanos colaboradores del pontífice"- publicó ayer una
información que sugería que aunque Francisco está "amargado" por el
"Viganògate", "no piensa en la renuncia". El periódico de los obispos italianos, Avvenire, citando otras fuentes, ha asegurado que el "Papa no está amargado sino trabajando como siempre".
Esta última publicación cita a Greg Burke para subrayar el buen humor
en el que supuestamente se encontraría Francisco: "¿Pareció que estaba
amargado el domingo por la noche en el avión? Por favor...".
Francisco, Gänswein y Benedicto